lunes, 18 de octubre de 2010

Poemas de Juan Carlos Bustriazo: una «tormenta en la boca»


Cueva de las manos, Patagonia (Argentina)

Juan Carlos Bustriazo es una tormenta en la boca. Inusual, intenso, sus palabras trazan surco en lo desconocido. Un dialecto secreto, una invención para decir todo aquello que se fuga. Para reinventarse en un exilio en el que los neologismos dicen lo que las lenguas agotadas han perdido. Siempre estarán los que patologicen la imaginación radical; los que quieran llamar «glosolalia» al arte de la creación de nuevos lenguajes, como si nadie pudiera desafiar las lenguas normalizadas, como si lo ya-dicho bastara alguna vez.

Bustriazo pasó por un psiquiátrico y la consecuencia más duradera de su presunta curación fue lisa y llanamente la pérdida de su capacidad de poetizar, de escribir, de respirar en los intersticios del lenguaje. La restitución de una supuesta "normalidad" lo confinó al silencio más terrible: la privación de su (otra) lengua. La violencia física y simbólica es inocultable; la salida del confinamiento psiquiátrico es también la cancelación de la posibilidad de desplazarse hacia esa lengua menor que Bustriazo construyó para decir(se), para aludir sus mundos, para hallar también sus rincones donde habitar.

No conozco ninguna tentativa similar en el campo poético latinoamericano actual. La poesía de Bustriazo tiene un sello único, inconfundible. El único «trastorno de lenguaje» aquí presente es el que conduce al don de arrancar nuevos susurros a la escritura. Su poesía es de esos hallazgos que uno ya no puede ni quiere olvidar.

Arturo Borra

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Cueva de las manos, Patagonia (Argentina)

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esta caja amarilla

desde lo repugnoso del desvelo desde lo colorado de la
sien desde los ábrete porque estoy vivo ay vidalita
desde la guitarra embichada desde el engreimiento del
cielo desde las chaquiras que puse en tus muslos ay
vidalita desde las mesnadas del llanto desde las ínfulas
de lo que es como piedra desde la embustera porfía
desde el abrepuño amarillo ay vidalita desde lo venenoso
del bochorno contra el corazón cabal desde el boato
de la cizaña desde lo contra el cuerpo y contra el alma
ay vidalita desde el racimo del vaso infausto desde
el espejillo donde tus ojos me comen desde la última vi-
sitación desde lo tremebundo de este estar ay vida-
lita desde la musa extraviada desde el tordillo platea-
do que perdió la querencia desde los soles que me
hieren porque soy más de las lunas ay vidalita desde la
sexta que está en un hilo desde esta vihuelada que
en el final es bermellón ay vidalita desde la codicia
del chupasangre desde el santiamén del olvido des-
de la sombra caudalosa desde no sé que, escalofrío y en
el disturbio de los ojos
ay vidalita


17

y anduve solo y no era la luz
fuíme por duros corredores
por los pasillos pesaroso
y saquéme un papel azafrán
con un saludo de tez granate
“he aquí que llégueme a verte
juancarlos estuvo en esta torre”
y fuíme solo y no era la luz
por los pasillos musitantes
atrás dejé los corredores
negros y más que hechos con cuervos
quedóse el papel inclinado
esperando tus ojos de mora
y como un ciego fui con las manos
interrogando a las paredes
buscando la puerta brillante
los tragaluces del castillo
el aire que andaba en el mundo
“juancarlos estuvo en este cuarzo”
fuíme solo y no era la luz

de Unca bermeja (1973), 1984


balada arcaica

ya te vas vegetal tornasolada no me prendas la flor del exterminio fulgimiento del agua de los ojos no me prendas la flor del exterminio hinchamiento del cielo qué potencias no me prendas la flor del exterminio qué hinchadura del mundo taza turbia no me prendas la flor del exterminio con el hijo salido de tu entraña no me prendas la flor del exterminio con el ala punteada de tu ángel no me prendas la flor del exterminio con arcillas que vuelan soberanas no me prendas la flor del exterminio en olor de adiós que me espeluza no me prendas la flor del exterminio con tu boca antañera tras tu boca no me prendas la flor del exterminio en amor de tu sombra sonadora no me prendas la flor del exterminio!

de Canción rupestre, 1972, inédito



Extraído de Lamás Médula


Tan huesolita que te ibas
tan envidiada de qué sombras la tierra ardía huesolita
la siesta ardía melodiosa tan como ibas tu sonrisa era
una piedra arrobadora y era otra piedra mi costilla
dulcequeamarga solasola cuajada de alta pedrería eran
tus voces tan palomas eran tus manos piedras finas
guitarra tan azuladiosa eras la piedra que acaricia pie-
dra te ibas quién te roba última brisa de la brisa o
flauta mía o leja y rota tan huesolita que te ibas tan
de la gracia mucha y poca si cuando vuelvas ves mis
días oh piedra llena llaga
hermosa!

de Elegías de la piedra que canta (1969)



Vigésima Séptima Palabra

Yo les pregunto y a las gentes duchas
qué es esta música que se me bifurca?
Valse, ranchera, polca, si es mazurca,
minué del ángel, chotis de la bruja?
Esta feliz sonorería oriunda
del corazón, de la pasión nocturna,
la rara avis que me canta y turba,
me amasa nuevo, que me descorrupta?
Yo no lo sé. Son hartas las preguntas.
Quid de la sien, la lengua. Me disculpan?









Radiografía de La Pampa, en "Revista Lamás Médula"

“Te /estuve/ yo /quemándome/ en/ tu agua” escribe Juan Carlos Bustriazo Ortiz, en forma de crucecita, en el comienzo de uno de sus libros, “Elegías de la piedra que canta”, y pienso que acaso no sea necesario agregar nada más sobre este hombre, ni sobre su poesía; sólo leerla, y dejar que lo raro, lo extraño se instale, inevitable, mientras la boca sonríe, agradecida.

El hombre que, asegura, escribió los dictados de Dios, es ex telegrafista, errante nocturno, amante de la vida y la naturaleza y el poeta de La Pampa.

Juanllanca, Flamenco Bustriz, el Penca o el Piedra Juan, como lo llaman sus amigos, es dueño de una obra poética única, reveladora, fundamental para la literatura argentina y sin embargo casi desconocida. Poesía viva que fue creciendo con el paso del tiempo, como bien señalan las docentes Dora Battistón y Carla Rivara en sus estudios. Una primera etapa (1954-1969), vinculada al cancionero regional caracterizada por el uso de los recursos métricos que le son propios (zambas, milongas); un momento de transición (1969-1970), donde se va alejando del formato canción, y una etapa final, hacia los años ochenta, donde el lenguaje se multiplica en nuevas formas más complejas, más experimentales: “ensusurrándote”, “rinconoso”, “laguniñas”, las palabras se amalgaman en una fusión sorpresiva que gana en musicalidad, en cuerpo.


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POESÍA DE LA PAMPA SECRETA: JUAN CARLOS BUSTRIAZO ORTIZ, por Cristian Aliaga

Juan Carlos Bustriazo Ortiz nació en Santa Rosa, entonces capital del Territorio Nacional de La Pampa, el 3 de diciembre de 1929. Su obra poética, iniciada con

"Los poemas puelches" (1954-1959), incluye más de sesenta títulos. De ese conjunto extraordinario sólo se publicaron "Elegías de la piedra que canta" (1969), "Aura del estilo" (1970), "Unca bermeja" (1984), "Los poemas puelches"- "Quetrales" (1991) y “El libro del Ghempín” (2004); todos en pequeñas tiradas y prácticamente inhallables (1).

Bustriazo ha viajado por el fondo de la región pampeana: puestos, campos perdidos de la civilización, obradores de Vialidad y boliches que jamás figurarán en cartografías –como el legendario “Temple del Diablo”– han sido su país natal.

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OBRA COMPLETA: Canto Quetral

Editada:

§ Elegías de la piedra que canta 1969
§ Aura del estilo 1970
§ Unca bermeja 1984
§ Poemas Puelches; Quetrales. Cantos del añorante 1991
§ Libro del Ghenpín 1977

Inédita:

§ Huellas de la pampa honda 1954-1959
§ Aires de cobre y sal 1954-1963
§ Zambas del Piedra Juan 1954-1963
§ Últimas zambas del Piedra Juan 1960-1964
§ Canciones del campamento 1960
§ Chalileras 1961-1962
§ Puelchanas 1961-1962
§ Llantos del salitral 1962
§ Viento de la Milonga 1961-1964
§ Nuevos estilos 1965-1966
§ Tercer libro de estilos 1967
§ Estilos salidos de madre 1967-1968
§ Estilos de Juan Salado, con un poema de piedra negra 1968
§ Papeles de piedra azul 1968
§ Cantos Nerecos 1968
§ Agua enjuta, guitarra… 1969
§ Sien socarrada 1969
§ Cartas desde la piedra 1969
§ Segundo libro de cartas 1969
§ Tercer libro de cartas 1969
§ Últimas Cartas 1969
§ Y tu ángel y el estruendo… 1969-1970
§ Costilla de azucena 1970
§ Las yescas, canciones del enterrado 1970-1971
§ Cantar del ánima y canción de enjuto 1971
§ Cantos de malhayadas o canción de Juan Carlos 1971
§ Segunda canción 1971
§ Solo de agua 1971
§ Punteo violeta; tal vez Cantar de calamanquero, también Temple del diablo o Cuasi tercera canción de Juanllanca, y mismamente Vihuela, Endechas cinco libros en uno,1972
§ Los dibujos 1972
§ Las pinturas 1972
§ Canción rupestre 1972
§ Los decimientos 1972-1973
§ Caja amarilla 1973-1974
§ Palabra colorada 1974-1975
§ Cárdena la raíz 1974-1975
§ Libro sangrado 1975
§ Cofre de cuarzo 1975
§ Obsidiana 1976
§ El Olor del Ópalo 1976
§ Poemas parientales 1976-1977
§ Alcatufé - Topasaire - Sol azul - Pedernal - Piedra de oro cinco libros en uno, 1977-1983
§ El cantor del anillo de plata 1983
§ Piedra cocida 1983-1984
§ Canto escarlata 1984
§ Rëni Tafü 1984
§ Cóndor verde 1984
§ Tigre del sol 1984
§ Hoja sepia 1984
§ Boca del bohemio 1984
§ Ciclo lila 1984
§ Las trovas del linyera 1985
§ Rasguido de la peñola 1985
§ Juglar herido 1985
§ La caja de la bruja 1986
§ Madreselva 1986
§ Pájaro tío 1986-1987
§ Libro de las cuartetas y unas derrotas 1986-1897
§ Texto autónomo sobre el Cometa Halley 1986-1987
§ Libro de cortezas del flamenco Bustriz 1989
§ Los neotangos de charol 1989-90


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