miércoles, 21 de mayo de 2008

Grito y realidad- Presentación en Valencia- Viernes 23 de Mayo






Librería Primado (Valencia), 19:00h; viernes 23 de mayo.



http://www.libreriaprimado.blogspot.com/




Presentación del poemario Grito y realidad de Matías Escalera publicado recientemente por la Editorial Baile del sol.

http://www.bailedelsol.org/




Junto al autor intenvendrán Antonio Martínez i Ferrer y Arturo Borra.

Algunos versos de este poemario como anticipo:

"aniquilar dentro de sí la fiera urdimbre de los sueños
aún nos queda/la mortal emboscada de la memoria/
partículas del vacío en el vacío".

"... en estos días el sol nunca está donde se le espera"

"..imprevisibles cadenas son nuestros actos"


"manantiales de nubes como incendios..."

"hubo un paraíso posible antes de la cordura"



"El infatigable Matías, cuyo bagage personal, nomadeo, inquietudes renovadas, neovanguardia literaria, trocha, naufragio, nostalgia, coraje, translecturas, ingenio, audacia y peligrosa expresividad lingüística anormalizada denotan que estamos ante una persona que vive la utopía, que es volitivamente un amante radical y que en su Subtancia auna Espíritu y materia, tiempo interior y tiempo histórico, para que la poesía antes que un juego sea un grito y antes que una quimera la crónica de nuestra común intrahistoria. Todo un embite para quienes quieran poner a prueba su capacidad crítica, estética y formal frente al mundo de las ideas, los sentimientos y el arte. Poesía contra el olvido y la corrupción. Contra los muros más altos".

Víktor Gómez

lunes, 19 de mayo de 2008

«Borges y yo» -prosa poética de Jorge Luis Borges

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico.
Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica.

Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página.

(J. L. Borges, El hacedor, Buenos Aires: Emecé, 1960)